Horario
¿Qué hiciste hoy?
Leí el periódico y no reconocí a
ningún amigo.
Derretí la escarcha de la nevera
para que la cerveza
enfriara mejor.
Sequé
mi cabello.
No parece que hayas hecho tantas cosas.
Hago
muchas cosas y nadie se da cuenta.
Puedo
verme en el fondo de las ollas.
y en el
piso de la cocina.
Pero no saliste. Lo habías prometido.
Estuve
en la parada.
Levanté
la mano y nadie se detuvo.
Tampoco leíste el libro que te compré.
No tuve
tiempo.
Nunca tienes tiempo.
Tú
tampoco. Y no te molesto preguntando
¿qué
hiciste hoy?
Imagino cómo pasan las horas en esta casa.
Pasan,
te lo aseguro,
pasan.
...
XXI (El invierno próximo)
Toda la vida no vas a tener ganas de saltar cuando veas el
mar o cuando haya luna llena, toda la vida no se tiene ganas de hacer lo mismo,
¿entiendes?, si, eso eso, respira hondo y cálmate y pide un trago y mira hacia
otro lado, hacia donde quieras, pero que
no sea espejo, porque vas a empezar otra vez, que si la memoria y la guerra y
los fantasmas de mierda y el tiempo que no pasa rápido, ¿no te fastidias?
siempre lo mismo, el perro que ladra y la luz que agoniza, eres la única que lo
ve así, a ver, pide un trago y óyeme lo que te voy a decir,
por la mañana
los ojos se llenan de lágrimas
porque no hay locos en la casa
y tarda mucho en hacerse de noche
y las multitudes
y esa luz de la tarde que revienta
tiempo,
cautela,
no lo digas otra vez, todo eso me da en la madre, si ya sé
lo de la fatiga, lo del desafecto y el estupor, y no me importa el marido
frustrado de Creeley, empezando que no
sé quién es el bolsa ése, confórmate, ¿ves? todos los días la gente regresa a
su casa, ¿no? Y no vas a componer las cosas arrechándote por una cama o una
cortina floreada o una mesa cuadrada, métete un viaje de toña la negra o de leo
marini o de la bola de nieve y cálate tus cuentos y los míos, y hablando de
infortunios, no me metas, ¿OK?
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