I
Todo de pronto
existe más allá del ojo azorado, entre espesos
eucaliptos ribereños
y aguas que
arrastran cartones de leche y rosas.
Una cama que respira
ya no es paisaje fotográfico ni acuarela
colgando sobre las
llamas
sino cama que
respira, profunda,
grave como la vida
misma: péndulo
que se derrite sobre
los llamas.
Inútil que un par de
ojeras
lánguidamente te
contemplen si el cuarto
está oscuro
si la tierra se
oscurece, si el maravilloso sol durazno se desinfla
como clarinete
ejecutado por un leproso ya sin fuerzas.
Miras el Oceno
Pacífico y a unos niños enterrando botellas
en la arena cubierta
de estrellas marinas. Todo de pronto existe.
Todo de pronto se
pesa en la espalda.
En el horizonte se
proyectan las pinturas de Altamira.
Todo nace en el
corazón como de la nada nace el gusano en el corazón
de la manzana.
Todo un arco que se
rompe, una flecha disparada, sola en el viento,
asombrada,
entre tanta
geografía y arcoiris crepusculares, huérfana abyecta
que se ensarta
en el pecho de un
árbol
que da sombra a la
comida de tres borrachos
que arrojan al río /
cartones de leche y claveles.
De pronto existe más
allá del ojo la pestaña. Espesos eucaliptos
ribereños que las
aguas arrastran.
Fin del mundo o
cataratas. Carabelas a la vera de la vida. Todo
existe más allá de
pronto.
Lejos de los
témpanos donde se curte el cuero. Lejos de los pámpanos
donde la piel se
suaviza.
Cuero y piel para el
tambor de medianoche que toca un niño demente.
De pronto más allá.
¿Es el mundo la Rosa de los Vientos?
Amarga camanchaca
que nos hace toser. Por decir algo. Por no
enrojecer de
vergüenza
delante de tanta
vida, de tanta existencia.
End of the world or
waterfalls: Cristóbal Colón
más ilusionado que
una niña, atraviesa la franja de fuego en una
camioneta, a la hora
que desaparecen las últimas estrellas.
II
“En el borde de una
cama de latón
una muchacha rubia
se pinta las uñas de azul
mientras las luces
de la madrugada entibian
los vidrios sucios
de su única ventana.
El agua corre en el
baño
y su mesa de noche
es una naturaleza muerta
de algún
primitivista neoyorkino.
Mientras en la radio
tocan una marcha fúnebre
ella se sienta
frente al espejo.
Descansa el cuerpo
del presidente en un patio de cemento.
Sus aves cantan en
las alamedas,
arrasan con los
jardines.
El telégrafo da a
las capitales del mundo un retrato con los labios partidos
sangre negra en las
solapas de su sobretodo abierto.
Y en los salones las
damas de dejan apretar un poco más
por los transpirados
caballeros.”
III
Todo de pronto
existe entre las verduras y las moscas de los
mercados en ruinas.
El abandono
consumado es más real que tus gestos consumados.
La noche chilla.
Un marinero borracho
te dice Lord, te dice cocaína. Busca el
nombre de una calle
entre la niebla,
buscas un número,
una aldaba con forma de mano cercenada.
De vez en cuando los
faroles nos muestran tu figura. El rostro
se te crispa
y sécanse las
lágrimas alrededor de tu nariz que brilla.
Tu cabello me
recuerda un animal, una película de Tarzán, el
primer acto sexual.
La gomina de tus
patillas a Valentino.
Tu olor acidulado se
confunde y mimetiza con la gelatina
de los alimentos
podridos.
Eres un bolero consumado
deambulando por los cerros.
Eres una máscara, el
aborto de un tango, contemplando las luces
del puerto.
Todo de pronto se
hace lento. Acontecen en tu mente las galaxias.
Una sirena te invita
una cerveza.
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