Encuentro
Vacilamos un momento
y poco después reconocemos
que tenemos la misma enfermedad.
No existe una definición
para esta admirable tortura,
hay quién la llama spleen
y quién melancolía.
Pero si aceptamos el juego
en los márgenes encontramos
una señal inteligible
que puede dar sentido a todo.
Versión Jorge Aulicino
+
La felicidad
Ayer sentí que el invierno me tenía
reservada una feliz sorpresa.
Develabas mis pensamientos en voz alta.
-¿Y si la vida fuese un misterio vano?
-Permanece en tu elíseo, no seas cruel
con ese vago sentimiento de esperanza
que a nosotros, solo, nos queda. Otra cosa
es la felicidad. Existe, tal vez,
pero no la conocemos.
Versión Jorge Aulicino
+
Elogio de nuestro tiempo
No se puede exagerar bastante
la importancia del mundo
(del nuestro, quiero decir)
probablemente el único
en que se puede
matar con arte y crear también
obras de arte destinadas a vivir
el lapso de una mañana, si bien hecha
de milenios y hasta más. No, no se puede
magnificarlo bastante. Sólo
que debemos darnos prisa
porque podría no estar lejana
la hora en que se infló más de la cuenta,
según un conocido apólogo, la rana.
Versión Fabio Morábito
+
Después de la lluvia
Sobre la arena mojada aparecen ideogramas
como patas de gallina. Miro hacia atrás
pero no veo refugios o asilos de aves.
Habrá pasado un pato cansado, quizá cojo.
No sabría descifrar ese lenguaje
aunque fuera chino. Bastará un soplo
de viento para borrarlo. No es cierto
que la Naturaleza sea muda. Habla sin ton ni son
y la única esperanza es que no se ocupe
demasiado de nosotros.
Versión Carlos Vitale
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