Monday, February 22, 2016

"Sin tácticas (II)" (2015), de Martín Moureu - Por Jimena Arnolfi

Martín Moureu, autor de Sin tácticas (II)
Hay poetas que necesitan lectores y hay poetas que necesitan compañeros de aventura. Martín Moureu (Ayacucho, Buenos Aires, Argentina, 1981) es de estos últimos.
Acercarse a “Sin Tácticas (II)* por el lado de lo preconcebido es renunciar de antemano a la aventura de una red móvil de poemas polisémicos. 
“De cómo se entra en la literatura” es el poema que elige Moureu a modo de preámbulo. Hay quien busca un término en el diccionario y advierte que tal palabra consiste en otras palabras que a la vez contienen otros significados. “Vale adivinar un infinito:/ un árbol de definiciones que/ se abren, se ramifican,/ entrecruzándose. Y a seguir/ sacando, de adentro/ de cada una, más/ palabras compuestas/ de palabras”.
Al dar vuelta la página, resalta una pregunta que parece advertir, nuevamente, que lo que importa es el riesgo, no  dónde ir: “¿Y qué será este afán de elaborar/ un lenguaje propio sino aceptar/ riesgos de comprensión?”. 
El mundo, los poemas, en fin, casi todo, es eso que creemos percibir. La voz poética pasea por un mundo aparente que es y no es algo. Extraña condición del lenguaje, que declama y que oculta, que se inclina ante las cosas, las pliega, las despliega, las repliega, y adjudicamos sentidos, damos significados, cambiando y metamorfoseando la palabra. Moureu invita a esta aventura del lenguaje.
Se hace preguntas (“¿cuándo nos daremos cuenta de/ que al final nos definimos por/ las preguntas que nos hacemos?” o “¿Cómo va a haber lugar para el olvido/ donde sólo el pasado está presente?”). Quiere ver más allá de lo evidente, va a paso de turista, sigue un rastro, busca “una radiación o ruido de/ fondo o agujero por donde lo innombrable/ se filtre, lo no otro, lo mismo”.
Los poemas son conmovedores: nos mueven en múltiples direcciones. La voz del poeta se transforma en personaje de sí mismo y actúa como una mancha de aceite que se esparce hacia lugares insospechados.
En “Nacimiento del agua”, por ejemplo, se interrumpe la transmisión satelital, queda un fondo lluvioso de pantalla justo cuando proyectaba un documental de ballenas. Repaso las características del animal: las ballenas tienen un corazón del tamaño de un auto y unas venas por las que podríamos nadar. El mundo está lleno de cosas extrañas. Entonces la voz poética habla de la virgencita que cambia de color según el clima, los fideos recalentados a baño maría, la cama esa, señala, es herencia de mamá. Dice que se duerme en posición fetal. Recuerda la placenta, el nado prenatal. Sueña “algo que escapa a cualquier/ sano intento de incomprensión”. Experimentamos ese sueño.
El libro contiene “Mate con pizza” (donde aparece la chica quántica, el Loto, el fútbol, “un conflicto familiar/bajo el repasador de la cocina”), “DCLXVI” (un poema largo en el que emerge, por ejemplo, un Hombre Gato que sentencia “Tu miedo es mi poder”), “La pantera rosa” (hay chat, Floricienta, una pintada que reza “No habrá nunca gorilas en el poder”) y “Góngora o el antílope” (donde hay versos como “…capital simbólico/acumulándose en un cuarto oscuro de la/ nuestra conciencia de clase”).
En el último poema, Moureu señala que la fórmula resuelta de “Sin tácticas II” es “sangre cuerpo barrio patria cosmos”. Su fuerza literaria convive con la historia contemporánea actual. Los poemas narran episodios íntimos, pero también sociales y políticos. La patria, la política, no como algo que se enuncia a modo de ingrediente temático, sino como acontecimiento adentro del poema.
Sin Tácticas (II)” es un trabajo preciso y extraordinario con el lenguaje. Hay recursos de la poesía contemporánea argentina, hay coloquialidad, hay recursos de la poesía clásica, del Siglo de Oro Español. 
Todo fluye en perfecta armonía. Y uno queda enloquecido, en el mejor sentido de la palabra.


*“Sin tácticas (II)” de Martín Moureu (Ayacucho, Buenos Aires, Argentina, 1981) ganó el Concurso Nacional de Cuento y Poesía “Adolfo Bioy Casares”, Municipalidad de Las Flores, Dirección de Cultura, 2014.

(Esta reseña fue publicada por Proyecto Patrimonio)



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