Simplemente estoy contento
Una sangre alegre entra y sale de mi corazón.
Las cosas más pequeñas me sorprenden con su presencia.
La ausencia se viste de gala.
A pies desnudos en el río de la vida.
Escarbo mis pensamientos hasta tocar su fondo húmedo.
Mis lágrimas confluyen en la encrucijada y se convierten en
esferas de colores vivos.
Después de abrir la puerta del vacío me acuesto a soñar.
Es que me pasan tantas cosas en un minuto: que ha muerto
la mujer que amo, que han estallado cien bombas de cien
megatones cada una; que soy un príncipe salvaje en un país
civilizado, que la injusticia ha concluido y los hombres de
todo el mundo se abrazan y trabajan en común.
Mariposas rojas revolotean en mi torrente sanguíneo.
Sueño: navego con rumbo al Trópico de Capricornio.
El resto del mundo me interesa mucho.
No ignoro los aspectos siniestros de la vida terrestre.
Pero estoy contento y quiero decirlo.
Simplemente contento.
*Tilo Wenner nació en General Galarza, Entre Ríos, el 3 de febrero de 1931. En 1976, la útima dictadura militar argentina lo secuestró, lo asesinó y quemó su último libro "Ejercicios para no llorar en vano".
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