EL POEMA DEL MOMENTO
Thursday, January 26, 2023
Uno de Adrienne Rich
Wednesday, January 25, 2023
Siempre Irene Gruss
Late, corazón
de pájaro o persona,
no para volar ni caer, ni tener
o perder. No hay el para qué sino el cómo, y un sentido.
x
Yo quisiera, como Gauguin, largar todo e irme,
dejar mi familia, la no tan sólida
posición
e irme a escribir a alguna isla
más solidaria.
Esa tranquilidad de Gauguin,
permanecer en una isla
tan calurosa, donde las mujeres
escupen resignadas
carozos de fruta silvestre.
x
Lo que puede la rosa
Esta rosa casi abierta tiene un
pétalo abierto en su totalidad,
con una inclinación
acentuada que me invita
al baile.
x
Ahora que pareciera que todo cabe en mi puño
y sé que va a pasar,
como el cormorán que pasó allá lejano
graznaba y gemía
por no sé qué aire
o qué espuma pasó,
como la vida negra estuvo y pareciera
que hoy es púrpura y cabe en mi mano,
así contengo sin nada
para perder.
x
Música amable al fin
Porque las hojas de ese arbolito brillan todavía,
imagino, allá, lejos, el bosque encantado de verano.
Hasta apuraría la noche, a que el bicherío inunde todo de música
/amable, al fin,
canto que se ríe de lo grave del mar, allá, a pocos pasos,
como el pobre se ríe,
como las chicharras y los grillos
y los sapos se ríen del mar, allá, lejos,
cuando es verano todavía.
x
Postal
La canilla que gotea en realidad es la aguja
sistemática del reloj. Sigo con la mirada
los árboles allá en el bosque alado;
perduran.
El tema no es el tiempo sino el verde.
x
Pasa
Y este plácido despejarse del cielo
como el viento, suave, en la cara,
y el reflejo del agua contra la pared en esa terracita, abajo,
y la copa del gomero que insiste, roza la cornisa
parece que cae y no, sube,
la noche contra el día,
y se ha vuelto a nublar, pasa, pasa.
x
Sal
Por volver la vista atrás
pude mirar fracaso tras fracaso tras fracaso,
fuegos vi, la ciudad hecha fuego,
convertida en un apocalipsis precoz. Y
mi nombre perdido hacia un desierto si volteo
la cabeza hacia adelante, hacia
lo que me espera:
soy a duras penas la mujer de Lot: mi necesidad
no tiene nombre.
351 de Emily Dickinson
Palpé mi vida con mis dos manos
para ver si estaba ahí –
sostuve mi espíritu en el vaso,
para probar si era más posible –
di vuelta mi ser vuelta y vuelta
y me detuve en cada corral
para preguntar el nombre del dueño –
dudando, de reconocer el sonido –
examiné mis facciones – arreglé mi pelo-
provoqué mis oyuelos, y esperé –
si ellos -brillaban de nuevo-
mi convicción podría, de mi-
me dije a mí misma, «ten coraje, amiga-
eso- fue un tiempo atrás –
pero podríamos aprender a amar el cielo,
como a nuestra vieja casa»
Uno de Alberto Szpunberg
Ahora me doy cuenta del principio del deseo:
una brasa roza a otra brasa y brota la llama
y la llama de pronto es luz, calor, historia y alimento,
siempre y cuando alguien se incline sobre ella
y en ella vuelque toda el alma por los labios entreabiertos.
Al fin y al cabo, ninguna chispa enciende la pradera;
sólo el corazón, cuando desea de corazón, arde y se expande.
2 de Hayden Carruth
nos sentamos en el porche y contemplamos las innumerables
flores amarillas que crecen en lo que antes era el jardín
y vemos cómo cambia su color con cada día que pasa,
de amarillo intenso a mostaza hasta que finalmente
pierden su brillo. Junto a la cerca los estorninos revolotean
en las ramas del abedul seco. ¿De modo que estos son
los procedimientos de la derrota? ¿Por qué te digo estas cosas
si ya las sabes? Pero, por supuesto, nosotros siempre nos decimos
lo que los dos ya sabemos. ¿Qué más?
Así es el amor en una etapa tardía del mundo.
x
El lago asesinado más viejo de Norteamérica
Una noche el agua tendida estaba tan mortalmente quieta
que las luces consteladas de las fábricas, los molinos y las refinerías
en la otra orilla, trazaban alambres resplandecientes
a través de la superficie, una gran y caída y silenciosa
arpa; y la luna, grandísima y naranja,
se estremecía detrás de los muchos pétalos de la temblorosa eflorescencia
alzados sobre los tallos de las chimeneas, blancas flores mortuorias.
Realmente, desde la orilla más cercana, la de la autopista que va a Liverpool,
uno podía ver ese tipo de esplendor que dura para siempre.
5 poemas de William Carlos Willams
¿Qué tengo para decirte
cuando nos encontremos?
Sin embargo—
estoy acá, pensando en vos.
La mancha del amor
se extiende sobre el mundo.
Amarilla, amarilla, amarilla,
devora entre las hojas,
unta de azafrán
las ramas enastadas que se inclinan
pesadamente
contra un cielo blando y violáceo.
No hay luz
—solo una mancha espesa como miel
gotea de hoja en hoja
y de rama en rama,
estropeando los colores
del mundo entero.
Estoy solo.
El peso del amor
me sostuvo
hasta que mi cabeza
dio contra el cielo.
¡Mirame!
Mi pelo chorrea néctar
—los tordos se lo llevan
sobre sus alas negras.
Mirá, mis brazos y
mis manos por fin están
sin hacer nada.
¿Cómo puedo decir
si voy a volver a amarte como ahora
alguna vez?
x
El descenso
El descenso nos llama
como nos llamó el ascenso
La memoria es como
un logro,
una especie de renovación
casi
una iniciación, nuevos espacios abiertos
habitados por hordas
y por tanto, no implica
nuevas especies—
pues su movimiento
se dirige hacia destinos nuevos
(aunque hayan sido abandonados)
Ninguna derrota se compone sólo de derrota— pues
el mundo que abre siempre es un lugar
hasta entonces
insospechado. Un
mundo perdido,
un mundo insospechado,
nos llama a nuevos lugares
y ninguna blancura (perdida) es tan blanca como
el recuerdo de la blancura
Con la tarde, el amor despierta
aunque sus sombras
vivas por el brillo
del sol—
somnolientas ahora se abandonen
al deseo
El amor sin sombras surge ahora
comienza a despertar
conforme la noche
avanza.
El descenso
hecho de desesperanza
sin logros
cae en la cuenta
del nuevo despertar:
que es el revés
de la desesperanza.
Así, lo que no logramos,
lo negado al amor,
lo que hemos perdido antes—
se hace descenso
sin fin, indestructible.
x
Réplica
El amor es como el agua o el aire,
queridos conciudadanos;
purifica y disipa los gases nocivos.
Es cómo la poesía también
y por las mismas razones.
El amor es un tesoro tan valioso,
queridos conciudadanos,
que, si yo fuera ustedes, lo
guardaría bajo siete llaves-
¡como el aire o el Atlántico o
como la poesía!
x
La acacia en flor
Entre
verdes
rígida
vieja
brillante
quebrada
rama
vuelve
blanco
suave
mayo
nuevamente
x
El poema
Todo está en
el sonido. Una canción.
Muy rara vez una canción. Debería
ser una canción – con
detalles concretos, avispas,
una genciana – algo
inmediato, tijeras
abiertas, los ojos
de una mujer– al despertar
centrífuga, centrípeta
Tuesday, September 20, 2022
En esta noche, en este mundo - Alejandra Pizarnik
En esta noche en este mundo
las palabras del sueño de la infancia de la muerta
nunca es eso lo que uno quiere decir
la lengua natal castra
la lengua es un órgano de conocimiento
del fracaso de todo poema
castrado por su propia lengua
que es el órgano de la re-creación
del re-conocimiento
pero no el de la re-surrección
de algo a modo de negación
de mi horizonte de maldoror con su perro
y nada es promesa
entre lo decible
que equivale a mentir
(todo lo que se puede decir es mentira)
el resto es silencio
sólo que el silencio no existe
no
las palabras
no hacen el amor
hacen la ausencia
si digo agua ¿beberé?
si digo pan ¿comeré?
en esta noche en este mundo
extraordinario silencio el de esta noche
lo que pasa con el alma es que no se ve
lo que pasa con la mente es que no se ve
lo que pasa con el espíritu es que no se ve
¿de dónde viene esta conspiración de invisibilidades?
ninguna palabra es visible.
Un poema de amor - Marie Gouiric
Las hay blancas con un centro amarillo,
otras violetas azuladas desaturadas
y unas amarillas fuerte,
que se llaman Dientes de León.
Está el cardo Mariano,
que es violeta hermoso,
pero nace con muchas espinas en el tallo.
Te conviene para cortarlo
una herramienta que prolongue las acciones de tus manos
como una tijera, o un cuchillo serruchito, corte Tramontina.
También podés usar papel de diario
o un trapo viejo para agarrar la flor.
Sería usar algo que separe
los sentimientos que tienen tus manos
de la forma que usan para cuidarse
estas malezas de vos.
Las flores de las malezas
no califican como flores.
Si cortabas de chico varios dientes de león
y armabas un ramo,
podía que tu mamá al recibirlo
no lo pusiera en agua:
-Para qué hacerlo? si no duran nada-.
Para qué cuidar aquello que no se va a quedar con vos.
Pensemos:
Se tarda, entre la primera flor que cortás
y la última flor que cortás,
unos 10 minutos.
Si te distraés con alguna basura interesante
del terreno baldío
podés llegar a colgarla 10 minutos más.
Después en caminar los 100 metros desde el terreno hasta la casa,
correr el portón de chapa,
empujar la puerta, atravesar el lavadero,
encontrártela en la cocina
y alzar el ramo a la altura de su pecho:
9 minutos más.
10 + 10 + 9 = 29.
Si hacés una tarjeta que diga TE AMO
son 5 minutos que tendríamos que sumar.
29 + 5 = 34
Si la tarjeta tiene además
un dibujo de ustedes tomados de la mano
se le suman 2 minutos.
Y si en vez de estar tomados de la mano
vos estas entregándole el ramo,
anunciando lo que está por pasar,
le sumas 3 más.
Adivinar el futuro lleva su tiempo.
Igual esto no es necesario sumarlo.
Después de los 30 minutos el Diente de León
ya perdió su apariencia vital,
y no vale la pena ponerlo en agua.
Ahora me pregunto dónde sucedería el regalo,
si en el gesto que dura 34 minutos
o en el ramo de Dientes de León
que es alzado a la altura de su pecho.
Arruinar algo
en el deseo de mejorarlo
es un acto de amor.
Y qué sería de nosotros sin los deseos
y las cosas arruinadas.
Mi gata que nació en el 96
y le puse Uli
se murió hace unos días:
2014 – 1996 = 18.
18 años es que vivió.
28 – 18 = 10.
10 años es que tenía yo
cuando la hicimos nacer en la cocina,
con mis hermanos.
Los adultos de la casa estaban en la iglesia.
Nos pusimos sobre las baldosas rojas,
junto a la puerta del horno, para que todo esté caliente
y le rogué a Jesús que hiciera de mí una buena partera.
O algo parecido.
A cambio le ofrecí no ver tele por 15 días.
Jesús aceptó el trato e hizo el milagro.
En un pullover viejo, con olor a aceite de auto,
apoyé las crías
que mojadas de placenta parecían no tener color.
Nosotros eramos 4 hermanos y una gata.
Nacieron esa noche 5. Después llegaron los adultos.
4 + 1 + 5 + 2 = 12
Regalamos 4 de los gatos.
La mamá de Uli un día subió al techo y nunca más bajó.
De casa nos fuimos 3 hermanos.
Uli se murió.
12 – 4 – 1 – 3 – 1 = 3
Ahora me pregunto dónde tienen existencia las cosas.
¿Durante el orden de los factores o en el resultado?
Anoche, por acostarme a dormir,
sentada en la cama que era de uno de mis hermanos,
me vi un pelo de la Uli
pegado sobre mi brazo.
Lo saqué y lo estudié microscopicamente
bajo la pantalla del velador.
De mis estudios pude observar:
dos manchas pálidas:
una más beige y una más amarillo mostaza.
Después una gris perla,
y otra gris muy oscuro casi negro.
(1+1) + (1+1) =
2 + 2 = 4.
4 colores en un pelo.
De estas observaciones de cuidado científico
puedo dar certeza de que
la Uli tenía un pelaje suave, lacio y atigrado.
de que, como a toda gata hermosa, le gustaba andar en la cama de todos.
De que estuvo viva
y de que morirse no siempre es arruinarlo.
Tuesday, September 13, 2022
Exilio - Alejandra Pizarnik
Sunday, September 11, 2022
Uno de Precious Arinze
La primera palabra que le enseñaré a mi hija - Caitlyn Siehl
La primera palabra que le enseñaré a mi hija será "no".
La cantará y la gritará para mí
y nunca le voy a decir que se calme.
La dirá cuando le pida que se vaya a la cama
cuando le ordene que no coma un dulce más
o que apague la televisión.
"No" será la palabra favorita de mi hija.
No sólo le voy a enseñar a decirla
sino a repetirla una y otra vez
hasta que cada átomo de su pequeño cuerpo vibre con ella.
Si la hace menos suave que el resto de las niñas
la llevaré a museos para mostrarle
en lo que el mármol y la piedra pueden convertirse.
Le cepillaré el pelo y dejaré que se vista como quiera.
Si esto la vuelve una guerrera en un jardín de flores
sabré que puede caminar sin miedo a que la pisen.
La primera palabra que le enseñaré a mi hija será "no"
y cuando crezca en un mundo que le insista
en que no debe caminar sola en la calle
ese "no" se escuchará como un rugido
que hace eco en toda la cuadra
sin acatar nunca la orden de guardar silencio.
No conocerá el significado de esa palabra.
3 poemas de Cristina Peri Rossi
La pasión
Salimos del amor
como de una catástrofe aérea
Habíamos perdido la ropa
los papeles
a mí me faltaba un diente
y a ti la noción del tiempo
¿Era un año largo como un siglo
o un siglo corto como un día?
Por los muebles
por la casa
despojos rotos:
vasos fotos libros deshojados
Éramos los sobrevivientes
de un derrumbe
de un volcán
de las aguas arrebatadas
y nos despedimos con la vaga sensación
de haber sobrevivido
aunque no sabíamos para qué.
+++
Distancia justa
En el amor, y en el boxeo
todo es cuestión de distancia
Si te acercas demasiado me excito
me asusto
me obnubilo digo tonterías
me echo a temblar
pero si estás lejos
sufro entristezco
me desvelo
y escribo poemas.
+++
Después
Y ahora se inicia
la pequeña vida
del sobreviviente de la catástrofe del amor:
Hola, perros pequeños,
hola, vagabundos,
hola, autobuses y transeúntes.
Soy una niña de pecho
acabo de nacer
del terrible parto del amor.
Ya no amo.
Ahora puedo ejercer en el mundo
inscribirme en él
soy una pieza más del engranaje.
Ya no estoy loca.
Tuesday, September 06, 2022
Miedo - Raymond Carver
Miedo a ver un coche de la policía acercarse a mi puerta.
Miedo a dormirme por la noche.
Miedo a no dormirme.
Miedo al pasado resucitando.
Miedo al presente echando a volar.
Miedo al teléfono que suena en la quietud de la noche.
Miedo a las tormentas eléctricas.
¡Miedo a la limpiadora que tiene una mancha en la mejilla!
Miedo a los perros que me han dicho que no muerden.
Miedo a la ansiedad.
Miedo a tener que identificar el cuerpo de un amigo muerto.
Miedo a quedarme sin dinero.
Miedo a tener demasiado, aunque la gente no creerá esto.
Miedo a los perfiles psicológicos.
Miedo a llegar tarde y miedo a llegar antes que nadie.
Miedo a la letra de mis hijos en los sobres.
Miedo a que mueran antes que yo y me sienta culpable.
Miedo a tener que vivir con mi madre cuando ella sea vieja, y yo también.
Miedo a la confusión.
Miedo a que este día acabe con una nota infeliz.
Miedo a llegar y encontrarme con que te has ido.
Miedo a no amar y miedo a no amar lo suficiente.
Miedo de que lo que yo amo resulte letal para los que amo.
Miedo a la muerte.
Miedo a vivir demasiado.
Miedo a la muerte.
Ya he dicho eso.
Thursday, August 18, 2022
Uno de Idea Vilariño
A René Zavaleta
esta escoria volante este puñado
de tierra y de dolor
aire y basura
si no habrá nunca paz
si no habrá nunca
una pura jornada de alegría.
A qué seguir rodando
tironeando de todo
ensuciando el planeta
y respirando junto con el aire
los aullidos de media humanidad
que no deja de aullar hasta la muerte
que no deja vivir porque entre aullidos
tenemos que comer
los que comemos
lavarnos la piel suave
los bañados
y leer poesía los leídos.
Eso es todo. O poco más.
Muy poco.
Atrapar retener lo que se pueda
lo que nos den de amor o lo que sea
mejores dividendos
televisores autos o fusiles
con mira telescópica
el renombre
el poder.
Es muy poco. No paga
la amargura el estorbo la molestia
de tantas privaciones
el silencio imposible
la soledad imposible
o la dicha imposible.
Por qué no volará en cien mil pedazos.
Si no habrá nunca paz
si lo obligado
lo que puede limpiarnos la conciencia
es salir a matar
limpiar el mundo
darlo vuelta
rehacerlo.
Y tal vez y tal vez
y tal vez para nada
tal vez para que a poco
vuelvan los puros a emporcarlo todo
a oprimir a vender
a aprovecharse
acorralándonos
cerrando las salidas.
Tal vez para que antes
de morir nos sintamos obligados
una vez más a oír
a levantarnos
otra vez otra vez
a hacernos cargo
y tengamos una vez más
de nuevo
que salir de limpieza.
Por qué no volará en cien mil pedazos.
Monday, June 27, 2022
Tres poemas de Sonia Scarabelli
Flores que prefieren abrirse sobre aguas oscuras
¿Será cierto
que hay flores que prefieren
abrirse sobre aguas oscuras,
serán ciertos
los fugitivos actos de memoria
que descubren,
apenas entrevisto,
el amoroso borde
de una forma completa?
Cuando del denso espejo,
de la superficie azogada
que prospera
en toda vida,
emerge un ciego
resplandor de plata
¿qué pez será
moviéndose en lo hondo
el que así vuelve?
¿Qué nota breve
ofrecida por el relámpago,
sesgo
de otra inaudible
pero más vasta música?
¿Rémora en leviatán
o apenas dócil
cardumen ondulando
en danza
bajo el sueño?
¿Hacia qué móvil mar,
hacia qué mayor
misterio quieren ir
de ese modo tan frágil,
si es cierto
que hay flores que prefieren
abrirse sobre aguas oscuras?
Lección
Sabernos ir,
dijo tu voz querida,
todo está ahí,
la clave del decoro
y la nobleza
ganada de una vida
se alcanza en ese gesto.
Cierre final
del círculo, encontrado
un poco de azar
y otro, por coherencia,
por hacerse
el ciego lazarillo
de sí mismo,
poniendo el corazón
al frente de los pasos.
Estas cosas se aprenden,
me dijiste,
en parte de los libros
sí, cuando la palabra
todavía es humana
y no ha perdido
su lustre tibieza,
pero más
te enseña la tenaz
partida de los otros.
Si se van
con dolor o con pericia,
no es lo que cuenta,
importa
ese último momento,
que sin decirse ocurre,
y dicho sonaría quizás
a: Sí, te dejo ahora
y no me quejo,
seguro hubiese
querido más,
qué hacerle,
no se pudo.
Entonces pasa,
justo ahí
se suelta el alma
como un barquito,
una pequeña
barca en aguas
que ni tan frías son
ni tan profundas como dicen.
Yo creo en todo esto,
dijo tu voz querida,
y de ahí tanto esfuerzo
por aprenderlo, tanto
apuro
por no apurarme: quiero
llegar a tiempo.
No la nada
Para Germán Scarabelli
In memoriam
¿Será verdad que sólo
hay un vacío enorme tras las cosas
cuando vemos
subir la luz de un cielo como este
y abrirse el día así? ¿Será
verdad que atrás de estos colores
que el otoño dispersa, la belleza
y el dolor de los cuerpos
un santo ríe y nos espera
gozando de su engaño
con la furia inocente de lo altísimo?
¿Que hay consuelo después
como hay ahora
desconsuelo y salimos
despiertos de este sueño
y no al contrario?
Qué batalla la nuestra
si es tan dulce
a veces
cambiar esas miradas
con la luz
y si también la noche
se siente que cobija
a ratos
lo que nos duele atrás
de lo que somos.
Lo pienso ahora
que parece que te vas
y estás quedándote
al mismo tiempo en todo
lo que veo. Y no se pierde
tu forma, rasga un velo
me digo, que entorpece
mirar lo que está ahí,
lo que sentimos
amar, y cuesta irse
confiar en la ilusión
que, cuentan, es
lo misteriosamente
diferente
y no la nada.
De Flores que prefieren abrirse sobre aguas oscuras, Bajo la luna, 2008
Dos poemas de Alejandro Crotto
Saturday, June 25, 2022
Uno de Luciana Caamaño
vamos a hacer esto,
cada vez que te pases
voy a hacer una raya en la pared
y cuando la pared esté hecha fruta
y haya que dilapidar ahorros,
pedir préstamos,
acceder a garches desopilantes,
en una de esas
te das cuenta
de que te zarpás en demasía
y decidamos de una buena vez por todas
liberar al oso polar que encerramos hace tiempo
pobre animal!
soportar estas temperaturas de fin de mundo,
el cautuverio,
la alimentación inadecuada y escasa,
pobre animal!
soportarnos a nosotras
vos tan vos
yo haciendo lo propio,
pobre animal!
dejó de intentar matarnos,
ya ni piensa en huir,
pobre animal!
dejémoslo ir como si fuese uno de esos momentos terribles
pobre animal!
como si fuese una de esas cosas que supieron ser maravilla
pero ya no
ni
frío
frío
frío
tibio
tibio
caliente
ahí mismo
siempre en el mismo lugar
pobre animal!
soltesmoló
y en una de esas
alguien
pueda
salvarse
¿Cómo detectar fugas de agua en casa? - Mana Muscarsel Isla
Tengo mi casa toda llorada
el baño la ducha
mi habitación llorada
la mesa de luz llena de papel higiénico
llorado
entre las sábanas lloradas
donde duerme mi gata con
el ronroneo opacado por el ruido de mi llanto
mis amigos: llorados
mi pelo
el hombro de mis amigas llorado
porque las invito a casa
a llorarles todo encima
mis manos lloradas
mis anteojos
mi mamá toda llorada por teléfono
mi hermana
Tengo la terraza de casa toda llorada, la pelopincho
mis plantas y mi interior llorado
la computadora, el subte, el barrio,
los canteros, mi moto
el semáforo llorado
las canciones que no pude cantar
Quiero
Inventar una orilla
Invitar a mis amigas a una fiesta
en la playa donde sacudirles el llanto
a vos no
a vos te quiero en una isla
que no sea yo
bien lejos
y sin internet.
Friday, June 24, 2022
Y entonces por qué - Letitia Ilea
La selección natural perdió el rumbo - Camila Sosa Villada
Wednesday, April 27, 2022
Uno de Andi Nachon
Friday, April 22, 2022
Uno de Nanao Sakaki
Si escuchaste
cosas feas
lavate las orejas
Si viste
cosas sucias
lavate los ojos
pensamientos crueles
lavate el corazón
Pero
siempre
dejate el barro en las patas
Tuesday, April 19, 2022
Yo quiero, todo para mí, ese coraje - Leila Guerriero
«¿Ya está, ya pasó?», preguntó mi madre. «Sí, mi amor, ya está, ya pasó», dijo mi padre, y sonrió y le dio un beso en la frente. Mi madre, todavía atontada por la anestesia de una operación que no había servido para nada, no sonrió pero dijo, con alivio, «Gracias a Dios». Yo estaba allí. Yo vi esa bestialidad. Yo sabía que a Dios no había que agradecerle nada porque la enfermedad iba a enterrar a mi madre a puñetazos en un cuarto de hospital del que no volvería a salir nunca, y me pregunté entonces, y me pregunto ahora, qué clase de hombre hay que ser para ser el hombre que fue mi padre aquella tarde: un hombre que, mirando la soledad de miedo que empezaba a abrirse bajo sus pies, parado al borde de la última ceja del abismo, se tragaba su horror y decía: «Aquí estoy: yo no te suelto». ¿A qué dioses se habrá encomendado para no aullar, para no moler a golpes el cuarto, el hospital, el mundo, mientras el cuerpo de mi madre marchaba seguro hacia la muerte? Supe que Amparo Fernández, la mujer del Cigala, el cantante flamenco, murió de cáncer una madrugada de agosto pasado en República Dominicana y que la noche siguiente él, el Cigala, subió a un escenario de la ciudad de Los Ángeles para hacer una presentación que tenía programada y, con los ojos revueltos de dolor y sangre, con traje de luto planchado por su propio hijo, enredado en los primeros crespones de la muerte, cantó. Cantó como quien dice «Aquí estoy: yo no te suelto». ¿Qué hay que ser para ser un hombre así? Porque yo quiero ser ese hombre. Yo quiero, todo para mí, ese coraje.
Leila Guerriero, de Teoría de la gravedad
Palabras poderosas, recuperadas - Liliana Ancalao
Las palabras del poder y el poder de las palabras
La palabra del poder es olvido.
Por eso la palabra memoria tiene tanto poder
La palabra del poder es ignorancia
Por eso la palabra conocimiento tiene tanto poder
La frase del poder es solamente hoy
Por eso se tejen juntas las palabras pasado presente y futuro, con tanta persistencia de raíz.
La palabra del poder es yo
Por eso la palabra nosotros tiene tanto poder
La palabra del poder es distracción
Por eso la palabra poesía tiene tanto poder.
Wednesday, April 13, 2022
Falta de atención - Wisława Szymborska
3 poemas de Tamara Kamenszain
Dónde estará lo que sigue
me pregunto
mientras lo que quedó atrás
se parece
a un barril sin fondo
en el que es imposible buscar
un indicio para este futuro
que viene cabalgando lentamente
como una flecha de esas
que siempre van a dar en el blanco
aunque hagan un trayecto sinuoso
que a los ojos de ciertos ingenuos
puede parecer
errado.