Vuelvo a mi casa por la noche
recorriendo el camino del arroyo:
en el fondo, entre piedras, pasa el agua
negra, veteada de reflejos,
en un lento murmullo solitario,
mientras transcurren en lo alto
de la hilera de árboles,
más silenciosas, las constelaciones.
Aquí me quedaría
para siempre,
en esta calle oscura
de tierra apisonada,
asomado al susurro del arroyo
que dice hora tras hora su secreto
como el otro, callado, de los astros
indescifrable para siempre.
en el fondo, entre piedras, pasa el agua
negra, veteada de reflejos,
en un lento murmullo solitario,
mientras transcurren en lo alto
de la hilera de árboles,
más silenciosas, las constelaciones.
Aquí me quedaría
para siempre,
en esta calle oscura
de tierra apisonada,
asomado al susurro del arroyo
que dice hora tras hora su secreto
como el otro, callado, de los astros
indescifrable para siempre.
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