Qué calor hace, madre.
Quiero inyectarme un poco
de agua helada
en la vena del brazo.
Hasta en los cielos últimos
necesita beber agua
la carne.
El verano en que resucitemos
tendrá un molino cerca
con un chorro blanquísimo
sepultado en la vena.
Viel Temperley
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