Tomar vino
A la caída del sol,
Con la copa apoyada
Contra el corazón,
Y hablar y reír
Contando historias
Tontas y locas
Lejos del pasado
Que a veces
Ensombrece las cosas.
Y ver tu silueta recortada
Contra la ventana,
Y el balcón amarillo,
Y la ropa en la soga
A la que el viento
Sacude un poco,
Lo suficiente nomás
Para secarla
Y que al rato podamos
Doblarla y guardarla
En los armarios y cajones.
“Una vida simple” dice mi psicóloga,
“Eso mismo” digo yo.
Cae la noche con la voluptuosidad
De un animal fantástico herido.
¿Salimos a comer?
¿Vamos en tren?
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