Ya no sé amar si no es con rabia en el corazón
es mi manera de tener corazón de sobra
es mi manera de sacudirme el dolor
es mi manera de encender las cenizas
a fuerza de flechazos y de rabia
la única forma justa que me ofrece
un camino prudente a orillas del naufragio
que vale el peso en oro de alegrías y angustias
los labios de tu boca son mi doble riqueza
En la bodega, a flor de piel, al abordaje
desovillo mi ciencia como juiciosa jarcia
donde el acero quema estas medusas
secretas que me traje a rastras mar adentro
donde el cielo afilado corta la tierra al ras
y los hombres desnudos no precisan excusas
para soltar la risa bajo un cielo tortuoso
Las cosas que decían, que me trague la tierra,
pero yo no me callo porque mejor tener
los ojos bien abiertos cuando te abren la panza
Ya no sé amar si no es con rabia en el corazón
con rabia para amar y latir como se lucha
soy despiadada como un cerebro a estrenar
que sabe contentarse con sus propias certezas
en la mano que estrecho sólo veo la mano
cuyo apretón no vale tan caro como el mío
es más que suficiente estar agradecida
Qué derecho a exigir que el jazmín por ejemplo
sea más que perfume estrella más que flor
qué derecho a exigir que el cuerpo que me abraza
plante en mí su ternura por siempre y para siempre
que me sigas queriendo puesto que yo te quise
Más de lo que debiera por ser joven
me anclo a la memoria y me lleno de miedo
cuando en el corazón me visitan las sombras
de amistades ausentes y les veo la cara
que se abre en lugar de mis ojos: soy joven
no es ninguna excusa, antes bien un deber
deber conmovedor de no dar crédito
a lo lindo que está en la playa esta tarde
aferrada a la ausencia de tu hombro: a no creer
Erguida como un junco en mi lengua los gritos
de mis amigos cortan la calma amoratada
para siempre en mi lengua y en todos los repliegues
de la noche que brilla: ya no sé amar si no es
con esta herida en el corazón, esta herida
en mi recuerdo entretejido como una red
Granada desarmada, la noche pasa y pesa
en sus adelfas donde va a fermentar el mar
con perfume a alquitrán caliente en el oleaje
y pienso en los amigos muertos sin ser amados,
a los que sentenciaron sin escucharlos antes,
y pienso en los amigos a los que asesinaron
por causa del amor que sabían prodigar
Ya no sé amar si no es con rabia en el corazón
Los pájaros se posan a beber de mis venas
Traducción Ezequiel Zaidenwerg
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