Diciembre 31, 2001 - Beatriz Vignoli
Y la vida era esto:
salir a la vereda el treinta y uno
a las doce, ver cómo un vecino
enciende una bengala.
El brazo en alto, inmerso en la luz ígnea.
Un silencio rosado y expectante,
un fuego inmóvil el mundo.
¿Celebra? ¿Pide ayuda? Nada pasa.
Nada llega. Todo al final se apaga.
Pero aquel brazo en alto, aquella duda.
Aquella intensidad.
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Enero 02, 2002 - Eduardo Duhalde
El que puso
dólares recibirá
dólares
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