Hubo una guerra. Todos la perdimos.
Hubo una historia: todos la olvidamos.
Hubo una patria; todos la vendimos.
Hubo un amor y todos traicionamos.
Una ciudad espléndida tuvimos
que se quedó sin fiestas y sin ramos.
No me pregunten cuánto la quisimos
si alguien sabe por qué la abandonamos.
Esta es mi tierra, la que yo he elegido.
Una esperanza humilde es su vestido
y el resplandor de un río enamorado.
Que alguien me diga dónde se ha escondido
el enemigo cruel, el mal nacido
que así destruye lo que más se ha amado.
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