TORMENTO
El agua
de todas partes
va hacia
el centro,
penetra
la tierra,
van a
reventar las venas.
Tendemos
la calma
para
esperar el desastre.
La siesta
es posible
si podemos
sacar emoción
a este
tormento.
Sabemos
que el miedo
a perder
todo nos fortalece.
MENSAJE
Después
del vendaval,
veo los
pájaros caídos,
pequeños
cuerpos estrellados
sobre la
tierra mojada.
Repito
como un mantra
las
palabras de mi padre:
Hay que
lucharla, pichón.
MIENTRAS
TANTO
Me di
cuenta que a veces intento
calcular
la edad de los árboles
porque
ellos dan la bienvenida a todo,
se levantan
y extienden sus brazos
hacia lo
inexplicable.
RESUENA
Cuando
llega la noche
los
árboles toman la voz
para
contar la distancia.
Qué dirá
el tala
ahora que
perfora el cielo
con su
espinazo.
Qué dirá
el lapacho
ahora que
incendia todo
con la
rabia del ámbar.
Las copas
se bambolean,
el
temporal lastima el aire.
Alguien
aúlla. Yo también
fui
arrojada al viento.
LÁCTEOS
De esta
fábrica salen los productos
lácteos más
confiables del país,
dice el
cartel al costado de la ruta.
Desconfío
de tu leche,
por
decirlo de algún modo.
Cuando
era chica casi muero
por tomar
un helado vencido,
ahí surge
el trastorno de mi madre.
Cada vez
que abre un lácteo,
escribe
el envase con marcador indeleble,
fecha y
hora de la primera consumición.
Como todo
tetra o cajita de tomates,
la leche
dura tres días en la heladera.
Yo no soy
tan hacendosa,
siempre
estoy en mal estado.
Nunca sé
cuándo tirar el cartón
pero lo
conservo en un lugar fresco.
PESTAÑA
En otro
momento de mi vida
hubiera
hecho promesas
para que
deje de llover
pero así
no funcionan las cosas.
Sólo una
vez la pestaña
me
concedió un deseo:
fue
cuando le pedí
que se
quede en mi dedo.
Ahora soy
la que mira llover
y tiene
todas sus lágrimas
apretadas
en la mano.
No me
tomo muy en serio.
Cuando
salga el sol voy a lavar,
observaré
cómo se marea lo sucio.
Colgaré
al sol todo lo que duele
a ver si
sana algo alguna vez.
Sería más
fácil para el olvido
que pase
el temporal, hoy
quiero
ser más fuerte.
CANTO
Nunca el
momento
puede
conocer el presente.
Lamento
por anticipado
todo lo
que cuido y muere
sin
importar el esfuerzo.
Cuando la
naturaleza calma,
voy a
buscar mi árbol,
el que
sufre las heladas.
Entonces
veo el brote tímido
y feliz,
te llamo a gritos.
El árbol
que creí muerto
está
floreciendo.
Poemas de
"Hay leña", de Jimena Arnolfi, Caleta Olivia
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