Regué las plantas y mi huerta.
Barrí la hojarasca del rincón donde leo.
El aroma de la tierra mojada
y los azahares que comienzan a abrirse,
armonizan con mi propósito.
Que el día pase sin estridencias,
que nada turbe el lugar de nadie
y nadie ocupe el sitio que no le corresponde.
Barrí la hojarasca del rincón donde leo.
El aroma de la tierra mojada
y los azahares que comienzan a abrirse,
armonizan con mi propósito.
Que el día pase sin estridencias,
que nada turbe el lugar de nadie
y nadie ocupe el sitio que no le corresponde.
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