En el día que de golpe se nubla
hay traición, no podés confiar en nada,
te hacés un té y aunque no creés, pedís por un milagro
a un santo desconocido que alguien
te nombró en una cena de trabajo.
El domingo viste a tu madre, hablaba
en una lengua rara, movía los brazos
y llorar era la única defensa personal permitida.
Comer en familia puede ser un viaje
hacia las formas más primarias.
Aceptaste el plato, el reproche, el postre, el beso,
te abrazaste a tu hermano como si fuera
la última cantimplora en el desierto.
Terminaste el día a oscuras
en la falda tenías una revista dominical
habías leído tu horóscopo, antes
habías preguntado en voz muy baja
si ibas a ser feliz
o no.
No comments:
Post a Comment