Nos siguen matando

Conocí a Diana Sacayán en el Centro Cultural Rojas. Ella y otras compañeras estaban presentando un nuevo número de la revista El Teje. Por esos días, la ley de identidad de género había obtenido media sanción en Diputados. Estaban pasando cosas importantes. En materia educativa, por ejemplo, festejábamos la inauguración de un nuevo bachillerato popular dirigido al colectivo travesti, transgénero ytransexual. Una apuesta a romper con el paradigma travesti/prostitución a través de la educación y el aprendizaje de un oficio. La escuché a Diana un rato largo. Me acuerdo que sentí profunda admiración por su militancia. Por su calma y claridad al expresar sus ideas. En un momento hablamos de productos televisivos. Creo que hablamos de ese movilero rubio que dos por tres salía de noche a recorrer el conurbano bonaerense. Guardé algunos apuntes de la charla. Algunas cosas que me dijo Diana: “Si en la televisión hablan de travestis siempre es de noche y esperan a que llega el supuesto cliente. La tele nunca hace el ejercicio de pensar que esa travesti fue una niña abandonada que vivió en extrema pobreza, en estado de desesperación. La tele va, se encuentra con esa persona en la calle, la persigue y la hostiga para recortar ese segundo sin pensar cómo esa persona llegó a ese momento (...) Los medios hegemónicos nos publican en la sección policiales o en el rubro 69, no les interesa cubrir nuestra capacidad de gestión. Para ellos no es noticia que fundemos una cooperativa textil o un bachillerato popular. Quizás no les molesta nuestra existencia pero sí les molesta cuando empezamos a pedir derechos, cuando pedimos trabajo, dignidad, cuando pedimos que dejen de matar compañeras”. Ayer me enteré que asesinaron a Diana Sacayán. Siento bronca e impotencia. Gracias Diana por tu enseñanza, por tu resistencia trava, sudaca, originaria. El velorio se realizará hoy a las 21 en la sede de la Asociación Boliviana de Laferrere, calle Zárate 6066, entre López May y Soberanía Nacional, Buenos Aires. La última semana fueron 10. Nos siguen matando.