Patti Smith y Sam Shepard |
Si pudiera verme
ahora, seguro que se enamoraría de mí, apuesto lo que sea. Apuesto lo que
sea a que sí. ¿Cómo podría no hacerlo? Mirame. Mirame ahora. Como estoy. Si
pudiera verme así: esperándola, horas antes, mucho antes de que llegue,
buscando cualquier señal o sonido suyo. Vería lo entusiasta que soy. Vería la
desesperación en mi pecho. Si pudiera verme ahora, desde la distancia, sin que
yo supiera que me está mirando, me vería tal y como soy. ¿Cómo podría no sentir
algo por mí, entonces? Algo, o quizás no. Quizás eso es... o sea, a lo mejor
las actitudes como ésta provocan repulsión. No sé exactamente cómo funciona
pero... a lo mejor nace un sentimiento de revulsión cuando alguien es
demasiado entusiasta... demasiado disponible, demasiado dependiente. No lo sé.
Alguna convulsión. No. No, eso no. No es eso. Ni siquiera es una palabra, ¿no?
Convulsionar. Si pudiera recordar aquella vez, ¿cuándo fue...? Aquella vez en
Knoxville cuando estábamos besándonos en el tren, aquel beso largo, largo que
nos dimos, despidiéndonos, y de repente el tren empezó a moverse, pero yo no
tenía que acompañarla, o sea, ésa era la razón por la que nos estábamos
despidiendo, porque pensábamos que no nos veríamos durante mucho, mucho tiempo
y estábamos concentrados en ese largo... sólo besándonos y besándonos y de
repente el tren se estaba moviendo y no había manera de bajarme. Árboles y
casas desaparecían a toda velocidad. Al final me dejaron en la estación
siguiente, que estaba a muchas millas de distancia, y allí estaba yo, esperando
durante horas el próximo tren de vuelta, o sea, si me hubiera visto entonces,
de pie allí, esperando, seguro, seguro que me querría. O sea, cómo podría no
tener algún... no sé. Ya no sé qué es lo que hace que las cosas pasen, esa
conexión. Si es que alguna vez la hubo.
Convulsión - Sam Shepard
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